Errores en la primera cita: lo que no debes hacer si quieres tener éxito

errores en la primera cita

Tener éxito en la primera cita es más sencillo de lo que crees. La clave es la naturalidad, interesarte por la otra persona, no hacerte la víctima y disfrutar, sin prejuicios. Después de ver, en una entrada anterior, cuáles son los mayores aciertos, hoy toca conocer los principales errores en la primera cita.

 

Lo que no debes hacer: errores en la primera cita

Ir pintada como una puerta. Hay que ser natural. Las superproducciones de maquillaje y vestuario son para el cine y el teatro. Cualquier exageración será interpretada por la otra parte como un exceso de expectativas o como una actitud agresiva. Yo apostaría por algo neutro con lo que te puedas sentir cómoda y segura, y con la que no despistar ni agredir a la otra parte.

Ir vestida como una homeless. Este es el otro extremo: parecer que vienes de tirar la basura. Esto denota desinterés y descuido. Y la verdad, si no te interesa esta persona, qué haces aquí. Apuesta por el equilibrio en el estilismo.

Hablar de los deseos que tienen tus padres de que te cases y los hagas abuelos. Creo que a partir de una edad todas las chicas podemos sentir alguna presión de la familia, los amigos o el entorno. Lo entendemos. Pero, por favor, no saques el tema en la primera cita. No cuentes que eres la última soltera de las primas de tu generación, no lloriquees porque llevas años intentando tener un novio pero no te sale nada. A las primeras citas no se viene a esto. De verdad.

Emborracharse como un piojo. Este es uno de los más graves errores en la primera cita. Intenta estar alegre, simpática, ocurrente. Bebe si te apetece, pero no te emborraches perdidamente porque dirás todo lo que te pase por la cabeza y perderás la capacidad de discernimiento. Y, además, a nadie le gusta ir con un ser borracho y casi desconocido (sí, sois casi dos extraños aún) por los bares.

No lo interrogues. Deja tu vocación de detective aparcada. Deja que cada cual cuente lo que le apetezca. No conviene presionar a nadie para que diga algo que no pretendía contar. Es solo una primera cita. Si has estado espiando sus perfiles de Facebook e Instagram (Mal, desde aquí te lo digo), y has visto algo sospechoso, éste no es el momento para aclarar tus dudas. Si crees que te miente, no vuelvas a quedar con él, pero no presiones ni interrogues. No es bonito.

No mires el reloj. Es más, haz un esfuerzo y no lo saques del bolso. Intenta implicarte en la conversación, muéstrate interesada, no bosteces. No revises Facebook. Si hay algo más interesante en el teléfono, él que tienes delante lo notará, y probablemente acabe perdiendo interés.

No hables de sexo como si fueras una terapeuta o una ingeniera aeronáutica. No importa que hayas sido agraciada con una vida sexual intrépida y galopante. No es el momento de fardar de ser una loba del sexo. Tampoco de demostrar tu dominio de los detalles técnicos y emocionales del coito ni de citar todos los juguetes eróticos que tienes en casa. Repito, en una primera cita las conversaciones deben ser neutrales. Nadie quiere salir con una académica del sexo.

No hables mal de otras personas (ni siquiera de tu maldito ex). Evita hacer comentarios críticos sobre terceros, no mal metas, no crees insidias ni intrigas. Eso te deja peor a ti que al objeto de las críticas. No olvides que la otra persona también te está mirando con ojos de explorador y estos comportamientos no suelen gustar a nadie